Lo más especial de este vino es su color muy oscuro, casi negro azabache, que lo obtenemos a través de maceraciones largas de uvas ácidas con grado alcohólico alto, porque nos gustan los vinos estructurados, con mineralidad y mucha, mucha fruta roja, delicias como la mora, frambuesas y cerezas, con notables toques a regaliz.
Es un vino rosado de sangrado, con trabajos de lías, solo fermentado por levaduras naturales y posteriores batonages diarios para que sea untuoso y con una estupenda acidez. Lambuena Rosado es un vino de capricho, el tradicional de la zona, que no sigue las tendencias, casi como un tinto pero con menos color.
Como su nombre expresa se elabora a partir de las uvas de las viñas viejas originales que han pertenecido a la familia por generaciones y otros viñedos viejos que fuimos comprando a viticultores que se han ido retirando. Elaboramos este vino solo en las añadas apropiadas, solo cuando estas viñas han respondido adecuadamente.
Nuestro vino más equilibrado, elaborado con las uvas de las parcelas más altas de suelos arcillosos y calizos muy ajustados de ph y acidez, con muy poca producción. Se obtiene de racimos pequeños de uvas apretadas con raíz profunda con grandes aportes minerales.
Conseguimos un vino algo reducido, con un color rojo rubí, mucho cuerpo, opaco, con sensación alcohólica sedosa. En nariz es muy mineral, especias, fruta madura, frutos negros, pimienta…
Lambuena Crianza es un vino complejo y muy armonioso, con un tanino muy redondo y compensado.
Se elabora con las mejores uvas de la cosecha, las de las zonas más altas de las fincas, donde menos producción hay. Mezclamos las uvas de nuestros mejores 4 pagos: Carrequintana, Alto de Lambuena, Alto de las Conejeras y San Andrés.
Tiene una crianza de 16 meses en barrica y varios años en botella, hasta alcanzar su fase de mayor plenitud. Como resultado tenemos una vino de gran complejidad, con aromas especiados y de trufa sobre fondo de fruta madura y notas minerales obtenidas de los suelos arcillosos. Es un vino carnoso, amplio, largo, sabroso y mineral, muy representativo de nuestro terroir.
Un vino sencillo pero exquisito, tanto por la edad del Tempranillo con el que se produce, 18 años en espaldera, como por las jóvenes sensaciones de frescor que despierta. Se hace entresaque de racimos para que la maduración y grado sean óptimos. Vendimia a mano y esmerada selección de racimos.
Todo sin perder la finura y elegancia por la que destacan los vinos de nuesta bodega.
Podemos apreciar en este vino la presencia de la fruta negra, las flores blancas y el regaliz. Sabor fino y elegante, con fuerza de juventud, divino tesoro de la Ribera del Duero.